Capital de Gipuzkoa es la ciudad señorial de Euskadi. El casco antiguo se extiende alrededor del Monte Urgull. Al monte se accede por un paseo peatonal que conduce al Castillo de Santa Cruz de la Mota.

La Plaza de la Constitución en la parte vieja destaca por sus numerosos balcones que se utilizaban, antiguamente, como palcos de una improvisada plaza de toros. Y en el pequeño puerto, también situado en el casco antiguo, se encuentra, además de un auténtico ambiente marinero, el Museo Naval y el Aquárium.

Esta parte de la ciudad es idónea para llevarse un recuerdo de la ciudad, ya que concentra gran número de tiendas de souvenirs, así como para saciar el apetito en cualquiera de sus innumerables tabernas.

Pero la joya de la ciudad es la Playa de la Contxa. Se inicia el Paseo de la Contxa en el que se conoce como el Boulevard. Partimos del Parque Alberdi Eder, dejando el edificio que alberga el ayuntamiento donostiarra a nuestras espaldas. Bordea la playa hasta Ondarreta y llega, finalmente, al enclave conocido como el Peine de los Vientos, obra del escultor Eduardo Chillida.

Siempre se ha dicho que si no ves Donosti desde el Monte Igeldo no has visto Donosti. Por lo tanto es de visita obligada. Para acceder tenemos dos opciones, en autobús urbano y a pié, o, para nosotros la más atractiva, el Funicular de Igeldo. En lo alto del Igeldo se goza de una impresionante vista panorámica de la ciudad.